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miércoles, 18 de febrero de 2015

¿Hasta dónde llega lo políticamente correcto?


Según recoge la Ley General de Publicidad del 11 de noviembre de 1988, está prohibida la publicidad que, entre otros supuestos, atente contra la dignidad de la persona o presente a las mujeres de forma vejatoria. Además, el sexo explícito, las actitudes racistas o la burla hacia las creencias religiosas no suelen estar permitidas. Aún así, muchas firmas hacen de la polémica el centro de sus campañas y saben que una censura a tiempo es la mejor manera de darse a conocer.
El pasado 15 de septiembre, las autoridades británicas de regulación de la publicidad prohibieron una campaña de la marca de helados Antonio Federico que muestra a una monja en estado de gestación. Una decisión provocada por la visita del Papa a Reino Unido y las numerosas críticas lanzadas por parte de la Iglesia Católica.
Éste es el último caso conocido de censura en la publicidad, pero a lo largo de estos años han sido numerosos los anuncios que no han pasado el filtro de lo 'políticamente correcto'. En España, la Ley General de la Publicidad del 11 de noviembre de 1988 (modificada y apoyada por otras leyes, y en consonancia con las normas europeas) vela por que la publicidad que se emite no atente contra la dignidad de la persona ni presente a las mujeres de forma vejatoria, entre otros supuestos.
El sexo explícito, las actitudes racistas o la burla hacia las creencias religiosas tampoco están bien vistos. Pero muchas firmas saben que una censura a tiempo es la mejor manera de darse a conocer y hacen de la polémica el leitmotiv de sus campañas. Es el caso del diseñador Tom Ford, para quien la provocación es una de sus señas de identidad más características.
En abril de 2008, por ejemplo, el Instituto de Auto disciplina Publicitaria de Italia censuró uno de sus anuncios, realizado por el fotógrafo Terry Richardson. En él, aparecía una modelo ataviada con unas gafas de sol de Tom Ford mordiendo el dedo de un hombre. El organismo dictaminó entonces que atentaba contra los límites aceptables en la comunicación y podía herir sensibilidades.
Sexo, sexo... y más sexo
Calvin Klein también sabe 'utilizar' la censura para lograr que los medios hablen de él. Hace dos años, la televisión estadounidense retiró un sugerente spot protagonizado por la actriz Eva Mendes que acabó convirtiéndose en una auténtica campaña viral. En un nuevo anuncio, el fotógrafo Steven Meisel desnudaba a varios modelos y simulaba una escena 'subida de tono'.
En algunas ocasiones, la publicidad da una imagen de la mujer que desde los organismos responsables tratan de evitar. Es el caso de una campaña de la firma Dolce & Gabbana que fue retirada a petición del Observatorio de la Imagen del Instituto de la Mujer. En el anuncio en cuestión aparecía una modelo tumbada en el suelo que posaba como si estuviera siendo forzada por un hombre que le sujetaba de las muñecas.



Publicado por: Elizalde López María Fernanda 








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